Desde la llegada de su disco debut Nictógrafo (2008) Lucio Mantel se posicionó entre los más destacados artistas de la escena musical contemporánea de su país. Aquella propuesta acústica rescató la osadía del rock, la profundidad poética del folclore argentino y la frescura latinoamericana del Siglo XXI. Para su segundo trabajo, Miniatura (2011), eligió un camino más arriesgado y personal sumando arreglos de cuerdas. Su tercer disco, Unas horas (2013), reunió las versiones de canciones propias y ajenas en formato de cámara, realizados con su cuarteto de cuerdas, dirigido por Alejandro Terán y con arreglos escritos, en su mayoría, por el propio Mantel.
